
Mike observa a su hermano Jody con unos binoculares mientras está asistiendo al entierro de su mejor amigo. Mike ha seguido a su hermano sin que el lo sepa, obsesionado con la idea de que tras el funeral, abandone la ciudad para siempre. A la salida del cementerio, Mike es testigo de una escena muy extraña: Un hombre alto alza el féretro, lo introduce en un coche fúnebre y desaparece. Mike describe la escena a su hermano, quien lo toma por loco. Molesto, vuelve al cementerio esa misma noche...